Los rayos de luz de la calides de cada día ya casi no están. Día a día intentan brillar, dar un poco de ternura pero las tinieblas son más fuertes.
La tiniebla ya ha comenzado su gran batalla, sus planes para que ese rayo no pueda más y se apague convirtiéndose en uno más de sus oscuridades.
La envidia que corre por su cuerpo es casi igual a la rabia, a las malas intenciones.
Uno de sus planes es aparentar la buena onda y ganas de ayudar pero el rayito ya ha comenzado a ver las verdaderas intenciones de la maldad.
Pobre rayito que tiene que aparentar ser alguien que no lo es. Pobre rayito que hace lo que le piden y luego es todo lo contrario.
Pobre rayito que no encuentra nada mejor para alejare de las Tinieblas.
Pobre del rayito que solo quiere gritar y llorar, dejar el gran cinismo de las tinieblas.
El rayito sabe que es más fuerte, sabe que debe ser paciente para luego brillar, pero brillar lejos de la envidia de todas las tinieblas.
Aguanta pequeño rayito, que tarde o temprano todo se devuelve en las inmencidades de la eternidad.
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